Reseña de la novela "María, la Bienllevá", de Mª Carmen García Rodríguez A.

SINOPSIS:

María es una prostituta anciana que ingresa en el hospital; Rosa, una enfermera que acaba de pasar por una separación y ha empezado a escribir en un blog de erótica. María decide confiar su historia a Rosa para que la escriba.

Página a página iremos conociendo los secretos que se revelan entre estas dos mujeres, sin tapujos, sin filtros, descarnados tal cual fueron las vivencias de María durante los años de la Transición Española.
«Una historia conmovedora, donde las apariencias, infidelidades, sexo…, en contraposición a la generosidad, el cariño y la empatía, se ponen de manifiesto como un retrato de la sociedad y de la condición humana de todos los tiempos.
Un relato aparentemente predecible, donde al final nada es lo que parece. Al fin y al cabo, todo el mundo tiene una cara “B”».

MI OPINIÓN:

Muchas veces creemos que una obra literaria, para que sea buena y sobre todo “apetecible”, debe contar con un buen número de páginas, cientos de páginas. Sin embargo, todos sabemos que no es así.

La obra de la que os hablo es una breve novela, o un largo relato, dividido en siete capítulos titulados de una manera magistral por su autora, que nos introducen en la historia que se cuenta a continuación, aunque también te dejan esa inquietud por saber y descubrir. Amabas cosas son maravillosas e imprescindibles en una obra literaria, en una buena obra literaria, y Carmina, nuestra autora, lo consigue de manera lúcida, como todo lo que hace, como todo lo que le leído de ella hasta el momento.

María, una prostituta ya anciana, ingresa en un hospital aquejada de algún mal del corazón y del alma. Allí conoce a Rosa, la enfermera protagonista de la anterior novela de nuestra autora (“Uñas de gata”), quién irá descubriendo vicisitudes de la vida de María, “La Bienllevá”, como se la conoce en su ambiente de “trabajo”, que irán revelando al lector su historia y su vida, en una época difícil y convulsa como lo fue nuestra transición política.

La narración transcurre entre cuatro mujeres: María, mujer fuerte y dura, curtida y aderezada por la vida que le tocó vivir; Mirella, testigo de aquella etapa política, con fuertes valores y principios católicos; una joven, hija de ambas y de ninguna, punto de intersección entre sus “madres”; y Rosa, la enfermera, que aportará sensibilidad y coherencia al relato, como ya nos tenía acostumbrados.

Rosa, nuestra Rosa, irá descubriendo pasajes de la existencia de María que le enternecerán a veces; otras, sin embargo, le harán plantearse si debe o no juzgar a aquella mujer que se “desnuda” ante ella para que vea dentro de su corazón, para que conozca su historia, aquella que a Rosa se le antoja dura, al igual que a cualquiera de nosotros al leerlo; pero no para “La Bienllevá”, que siempre eligió cómo vivir, de lo que no se avergüenza en absoluto, porque para ella vivir es amar y amar es vivir.

Seis rosas rojas y una blanca deambulan por la narración, en conjunto, sin marchitarse, siempre frescas y deslumbrantes, con múltiples explicaciones, pero será solo al final cuando se descubra su realidad, su verdadero esclarecimiento.

Como digo, y ya termino, es un relato largo que hará brotar sentimientos dormidos en nosotros, los lectores… Una breve novela que nos hará descubrir las muchas maneras existentes para vivir, infinitas diría, y que todas son acertadas y correctas si han sido elegidas.

Una joya literaria repleta de sensibilidad y ternura, que nos atrapa desde la primera línea, desde el primer vistazo, con una edición cuidada y una foto de portada que ya nos está mostrando la belleza, el sentimiento y la afección con las que están escritas sus frases, sus párrafos, sus páginas… Por una mano experta con idénticas emociones.